Mariella siempre estuvo interesada en la naturaleza y era muy buena en cursos como química y biología en el colegio. Cuando le comunicó a sus padres que quería ser microbióloga, la respuesta fue que tal vez era mejor que fuera secretaria o maestra para que le fuera más fácil conseguir esposo. Mariella no se desanimó y estudio biología (una de solo 20 mujeres en una promoción de 100 inscritos). Al graduarse pudo conseguir trabajo en el laboratorio de un prestigioso centro de investigación marina. Muchas veces intentó participar en las expediciones de investigación, pero siempre obtuvo la misma respuesta: “las mujeres no están preparadas para resistir los rigores del trabajo de campo”. Finalmente, se convenció de que no había oportunidades para avanzar en su carrera como investigadora, por lo que decidió dedicarse a las ventas. Solo cinco de las 20 mujeres que estudiaron microbiología con ella trabajan en investigación.

He tenido la oportunidad de conversar con mujeres que se desempeñan en carreras de ciencia, tanto en Reino Unido como en Perú, y muchas de ellas, al igual que el caso ficticio de Mariella, comparten historias de haber pasado, por lo menos una vez a lo largo de sus carreras, experiencias relacionadas al trato diferenciado, falta de apoyo o inseguridad sobre sus habilidades.

Para tener una mayor y más duradera participación de mujeres y niñas en las áreas de ciencias y tecnológicas (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas – STEM por sus siglas en inglés) necesitamos cambiar la realidad de las experiencias vividas por ellas que muchas veces son el resultado de estereotipos aún presentes en nuestra sociedad. Estos estereotipos generan diferencias innecesarias entre mujeres y hombres en las oportunidades de desarrollo de habilidades, que finalmente las limita para lograr su potencial y al mismo tiempo restringe la creación de conocimiento y aplicación científica dentro de nuestras sociedades y economías.

Para ponerlo más claro, las mujeres, desde niñas (al igual que los hombres y niños, aunque de una manera bastante diferente), se ven afectadas por estereotipos sexistas, lo que genera trabas e impide el desarrollo. El reciente reporte del Banco Mundial sobre The Equality Equation: Advancing the Participation of Women and Girls in STEM derrumba algunos de estos estereotipos:

1. Los hombres son mejores que las mujeres en STEM

Falso. Los datos de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) y el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) muestran que las niñas a menudo obtienen calificaciones tan buenas o mejores que los niños en ciencias y matemáticas en la mayoría de los países del mundo.

2. No hay mujeres trabajando en STEM

Falso. Pero hay mucho por hacer para que más mujeres ingresen y se mantengan en esas carreras: En todo el mundo el número de mujeres que se gradúan de universidades está aumentando. Aun así, las mujeres están sub-representadas en carreras STEM. Según datos de la Sunedu, al 2017, el 33% de egresados en carreras de ingeniería son varones, mientras que solo el 14% son mujeres. Y lo que es peor, según el II Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria en el Perú, presentado en 2020 por la Sunedu, solo un 30.3% de las mujeres formadas en áreas STEM se dedican a la producción científica.

3. Las mujeres y las niñas no están interesadas en carreras STEM

Falso. Pero sí enfrentan obstáculos para seguir ese camino. Cada vez hay más evidencia que señala cómo los estereotipos y los sesgos influyen en el interés (así como otros factores psicosociales, como la confianza y las aspiraciones). La exposición a STEM a una edad temprana puede influir en el interés de las niñas en STEM. Sin embargo, el sesgo generalizado, y los mitos que lo acompañan, pueden desempeñar un papel en alejarlos de las carreras STEM.

Finalmente, no se trata solo de dar a las niñas la oportunidad de tener una educación, sino también de tener modelos a seguir y apoyo para continuar siguiendo sus sueños a pesar de los obstáculos. Por eso es importantísimo que más mujeres en ciencias se animen a compartir su pasión e inspirar a otras niñas y mujeres, y en realidad, a toda la sociedad para acabar con los estereotipos. Los hombres también tienen un rol importante, apoyando el ingreso y la permanencia de mujeres dentro de carreras científicas, no únicamente en beneficio de ellas mismas sino también por la ciencia en sí. Por eso es clave que los hombres pongan el hombro para compartir el trabajo en el hogar, incluso el cuidado de los niños que todavía representa una responsabilidad mucho más grande para la gran mayoría de las mujeres. Se necesitan políticas que consideren mecanismos para que las investigadoras no tengan que escoger entre realizar un proyecto de investigación o cuidar de su familia.

La pandemia nos ha dado muchos ejemplos de mujeres científicas que han hecho la diferencia, por ejemplo, la investigación para desarrollar dos de las vacunas para el Covid-19 fue liderada por mujeres, Sarah Gilbert en el caso de la vacuna de Oxford/Astra Zeneca, y Kathrin Jansen en el caso de la vacuna de Pfizer. También quiero mencionar a la científica social peruana Norma Correa, quien ha contribuido con el debate público sobre las medidas locales para responder a la pandemia y especialmente la importancia para que los niños y niñas puedan volver a las aulas. De hecho, los estudios socio científico han sido clave para definir nuestra respuesta a la pandemia – a través de la ciencia podemos entender el comportamiento del virus, pero solo a través de la ciencia social podemos entender y después influir el comportamiento de la gente frente al virus.

Desde la Embajada Británica vamos a continuar haciendo lo que podamos para asegurar que la ciencia y la ciencia social beneficien a la gente y por más mujeres y niñas en la ciencia. A través del proyecto STEM es para Chicas en 2018, en alianza con la organización “En Órbita”, apoyamos que jóvenes investigadoras desarrollen sus habilidades de comunicación, que no siempre son valoradas en carreras STEM, y visiten colegios e inspiren a una nueva generación. El British Council recientemente ha lanzado un nuevo programa de Becas junto con Imperial College London para Mujeres en STEM. En ese contexto, invito a las investigadoras y científicas peruanas a que aprovechen esa oportunidad, cuya convocatoria está abierta hasta este 16 de marzo y que incluye facilidades para madres.

Tenemos un largo camino por recorrer para lograr una verdadera y multifacética igualdad y todos tienen su propio rol que desempeñar. Esta es una tarea que se debe trabajar en conjunto con el sector público, privado, la sociedad civil y la cooperación internacional. Las mujeres pueden desempeñar un papel fundamental en el progreso y la sostenibilidad del país, pero solo si se las empodera a través de la educación y empleo en las ciencias, y continuamos rompiendo los estereotipos que las limitan. Avancemos para que todos y todas puedan logar su potencial y el de su país.


Composición fotográfica: Concytec